A veces nos complicamos tanto la vida para ser felices, y no nos damos cuenta que esa felicidad que tanto buscamos jamás se ha alejado de nuestro lado. Discutimos por todo, nos enojamos por tonterías sin importancia, dejamos de hablarles a las personas por cualquier motivo, gritamos, lloramos, y hasta somos capaces de atentar contra nuestra propia vida, buscando una solución permanente a un problema temporal. Realmente es tan difícil ser felices con lo que tenemos? Es difícil aceptar lo que la vida nos ha dado?
Yo solía quejarme por todo y cuestionar a Dios por esas cosas que me pasaban y que a mi parecer no eran justas. Pero con los años he aprendido que hay tantas cosas por las cuales luchar y vivir, que perder un minuto de mi vida en quejas y preguntas sin respuestas, es algo que no quiero seguir haciendo. Cada día que Dios nos permite vivir es un motivo de alegría. Es una dicha que no todos pueden tener. Un día más de vida es una bendición! Entonces, por qué sufrir? Por qué quejarnos y perder el tiempo…?
Alguien me enseñó que la felicidad es un estilo de vida. Ser feliz es algo que decides tú. Si te empeñas en sufrir y ver todo mal, si no eres capaz de ver más allá de lo que el enojo te permita, entonces has decidido alejar la felicidad de tu camino. En cambio, si amas tu vida tal cual es, si vives conforme con lo que tienes y eres, si te levantas cada día con una sonrisa y con muchas ganas de vivir, entonces has elegido ser feliz y disfrutar tu vida como se te presenta. Tú y nadie más que tú decide cómo quiere vivir. Quieres llorar o reír? Decide….
Yo he decidido ser feliz, y es que hasta con una menta de guardia lo soy. Mi felicidad no está en las cosas de afuera, mi felicidad está dentro de mí. Soy una persona llena de amor y eso es lo que reflejo donde quiera que voy.
Sé feliz y vivirás mejor cada día.
*Divanna Chicón S.*
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