martes, 27 de marzo de 2012


No sé por qué, pero siento tanta paz dentro de mí. Es como si nada ni nadie pudieran perturbar mi tranquilidad o hacerme daño. Yo creo que eso sólo se logra cuando tienes plena y total confianza en el Señor, en su propósito para contigo, con tu vida y con tu futuro. Dios es el que mejor sabe cómo hace las cosas. El y sólo él es quien sabe cuál camino es el que nos llevará al éxito personal y profesional, o al fracaso.He ido aprendiendo muchas cosas gracias a los errores y a las experiencias vividas. Y sé que todo tiene su razón de ser. Si vivimos un momento de angustia o de dolor, con el tiempo lo superaremos y podremos aprender de ello a ser más fuertes para poder enfrentar cualquier situación que se nos presente. Dios jamás nos lleva donde Su gracia no pueda protegernos. Si El permite que ciertas cosas pasen en nuestras vidas, es porque es consciente de que somos lo suficientemente fuertes para enfrentarlas. Su soga aprieta, si, pero no llega a ahorcar.Cuando le entregas tu vida a Dios, cuando dejas que sea Él quien guíe tus pasos, todo es diferente. Sabrás que no habrá errores, que todo irá bien porque has dejado todo en las mejores manos. Es cierto que nos desesperamos y no encontramos una razón de ser de las cosas, pero como todo en esta vida, ese momento de desesperación y angustia también pasará. Nada es para siempre. Ningún dolor nos acompaña toda la vida. Nunca la noche le ha prohibido al día que salga e irradie con su luz. Todo en esta vida es pasajero. Pero depende mucho de nosotros que esos duros momentos no nos arrastren consigo.No les pasa que a veces se miran en el espejo y se dicen a ustedes mismo: Dios mío, qué he estado haciendo con mi vida? Por qué he sido tan tonto-a y he desperdiciado tanto tiempo valioso?… A mí me pasaba muy a menudo. No fue hasta hace poco que pude perdonarme tantos errores y estupideces del pasado. Tanto tiempo perdido, tantos sueños y metas a medias. Pero hoy entiendo que nunca es tarde para empezar de cero. Para dejar todo aquello que te restra en el pasado y empezar a emprender un mejor futuro para ti. Hoy la vida me está sonriendo como jamás lo ha hecho y sé que es porque he aprendido a ver más allá de lo que mis ojos querían ver. Dios siempre ha puesto cosas buenas en mi vida, y he sido yo quien las ha alejado por ir en busca de aquellas que no eran para mí.Hay personas por las que nos convertimos en lo que no somos. Personas a las que les damos todo sin esperar nada a cambio. Esas personas que no nos dan nada más que desprecio y silencio, y aun así estamos ahí intentando mantener un no sé qué que no existe. Tal vez intentando mantener un recuerdo de un momento que quedó en el pasado. Te aferras a ello porque no eres capaz de entender que hay cosas que terminan. Cosas que te hicieron feliz tiempo atrás, pero que hoy ya no te producen más que dolor. Recuerdos y momentos que ayer te sacaban sonrisas, hoy te hacen llorar porque ya no volverán. He querido aferrarme a eso. A esa persona. He querido mantener ese recuerdo de algo que empezó tan lindo, de algo tan natural, de algo que me ilusionó bastante, que me hizo sentir bien. He querido aferrarme a eso porque soñaba que había algo más para nosotros. Creía que, a pesar de todas las cosas que pasaron que nos distanciaron, había algo más. Y no es que crea que no lo haya, es que ya he puesto eso en las mejores manos. De nada sirve nadar contra la corriente. Nunca avanzarás.Por eso es que hoy dejo todo en Tus benditas manos Señor. Sólo tú, y nadie más que tú sabes mi destino. Eres el único que sabe cómo terminará todo esto. Creo mucho que si dos personas están destinadas a estar juntas, Tú obrarás para que sus caminos se crucen nuevamente. Pase lo que pase. Y si esa es tu voluntad, que así sea. He entendido que no basta con mi amor. Amar es de dos… Puedes intentarlo todo si quieres, pero cuando esa persona no está lista para ti, de nada sirve. Lo mejor que puedes hacer es dejar que sea el Maestro, el mejor Cupido, que tome cartas en el asunto y obre según su voluntad. Así lo he hecho. Y si, mi corazón seguirá esperando hasta que Dios así lo quiera.

*Divanna Chicón S.* 

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